jueves, 24 de noviembre de 2016

Mis pensamientos sobre mis 27 primaveras...

Han pasado cuatro años desde la última entrada. Si eso no es constancia, no sé yo qué es (definitivamente soy la persona menos constante del universo).

Cuando cree el blog allá en el 2012, lo necesitaba para desahogarme. Para desahogarme en mi idioma, claro. Porque en alemán me desahogo todo el tiempo. Casi demasiado. Lo que más me gusta es desahogarme con desconocidos en la panadería y cosas así.

Después de esa última frase me he dado cuenta. Soy una señora. Y como tal, está socialmente aceptado el tener conversaciones con desconocidos en las panaderías. Hasta ahí hemos llegado.
Cuando pienso en el 2012 me acuerdo de lo mayor que me sentía por estar viviendo en otro país, estar haciendo mi vida... Y ahora pienso: oh! qué mona... mayor soy ahora! que tengo 27 años y pienso todos los días ''ah!!! me estoy acercando peligrosamente a los 30!''. Que no es que tener 30 esté mal. Pero uno siempre piensa que la juventud es para siempre... y no. Para nada.

Cuando te acercas a los 30 van apareciendo en tu Facebook fotos de bodas, embarazadas, bebés. Lo normal... cuando ves a tu compañera del cole embarazada piensas: locooooo! La gente teniendo hijos y yo aquí con estos pelos de loca!

Sin embargo debo decir que mis amigas son más bien como yo. O sea, es probable que la que más cerca esté de ''empezar a formar una familia'' (lo llamaré así por no llamarlo hacerse mayor) sea precisamente yo (que tampoco lo tengo como un plan a corto plazo)

Si le echo un pensamiento a eso... mis amigas y yo somos esas ''chicas'' que ya no tienen 20 y que salen, se cogen pedos, saltan y ríen en la calle. Hacen el ridículo en público, vamos. Son ese tipo de personas que cuando yo tenía 18 decía: qué patético, con lo mayores que son.

No lo veo patético ahora que tengo esa edad. Aunque sigo pensando que yo antes llamaba a la gente de mi edad vieja. Que cuando empecé a salir con 19 con mi actual exnovio que tenia 26, todas mis amigas lo tacharon de ''viejo''. Interesante como cambia la perspectiva.

Aparte de todo esto, ayer en el espejo me vi ''la cana''. La de siempre... me salió hace un par de años. Estaba ahí y no me molestaba. Hasta que ayer vi que ''la cana'' había invitado a sus amigas a quedarse. Un total de siete canas. Porque por supuesto, nunca se reparten uniformemente por toda la cabeza. No. Se colocan todas juntas y, a poder ser, cerca de la raya. Porque así puedes verse obviamente por todos.

La verdad es que tiene mucha gracia esto de las canas! Porque, de hecho, hace unas semanas estaba viendo vídeos de peluqueros tiñendo pelos de gris (o plateado, que es más glamuroso... pero que es gris) y pensé: ohhhh qué bonito! Incluso me descargué una aplicación en el móvil y estuve probando colores. Es gracioso porque dije: y si me pongo el pelo gris? Y va la naturaleza y me manda una muestra gratuita de pelo gris! Para partirse vamos...


Yo haciendo pruebas con pelo gris (ignoremos todos la cara de ñordo que tengo en la foto)
Ya que estamos, probando pelos de loca. Y, he de decir, que este peinado me gusta muchísimo más. Le echaré un pensamiento.


Bueno, me da igual. La verdad es que siempre pensé que quiero ser esa abuelita de pelo gris y pasar de todo. Así que, de momento, ahí se quedan las canas. Intentaremos convivir.

Hablando de lo cual, tengo la sensación de que todas las mujeres conviven perfectamente con esas canitas que van saliendo, hasta que alguien le dice: anda!!! si tienes una CANOTA ahí! Mira, mira, mira... te la voy a buscar para que la veas! Ves! Ves!? Es una cana! Tienes una cana!

En ese momento las mujeres siempre nos da como vergüenza! Es super estúpido si lo piensas objetivamente porque, de seguro, que ya la habías visto y pensaste que no era para tanto. Ni lo es. Es una manía que tenemos todos de tratar las canas como si fueran una monstruosidad. En plan: Pasen y vean! La mujer que tiene una cana!

Todos te lo gritan y hacen un circo, como si fuera super importante que lo sepas. Porque seguramente no te habías dado cuenta y es un dato muy importante. Pero, atentos todos, voy a desvelar un gran secreto: no es importante. Acaso le harías eso a un compañero de trabajo que tiene un grano? O un moco? No es como mucho más típico esperar eso de un adolescente? Pues eso, aquí somos todos adultos. A dejar de mirar las canas en cabeza ajena, leñe!

Bueno, que ya está. Ya me he quejado de alguito, que es lo que hacen las ñoras como yo.

En el próximo capítulo más.

viernes, 12 de octubre de 2012

Por fin tengo un portátil nuevo... y menos mal! No diré que no escribía en el Blog porque mi otro ordenador no funcionaba. No lo diré porque aunque hubiera funcionado, no habría escrito xD

En Alemania hace mucho frío, pero mucho. Y no me refiero a que cuando hace frío hace mucho frío... Me refiero a que AHORA hace mucho frío. Y llevo un par de semanas en las que no conseguía acostumbrarme. Estaba en una fase medio deprimida, cansada, aburrida. Pero hoy ha sido un día muy especial... Empiezo por el principio.

Mi día comenzó a las cinco de la mañana. Me levanté bastante descansada (aunque no pude evitar alargar el sueño cinco minutitos más) y desayuné lo que pude encontrar en mi nevera, es decir, zumo de naranja y dos ciruelas... Para aprender a conocerme un poco más diré que a mí no me hace falta PARA NADA comer ciruelas, sin embargo, las compré y me las estoy comiendo (Ahora tengo que comprar papel higiénico antes de lo normal...). Y consideré una super buena idea comerme dos esta mañana... 

Llegué a trabajar diez minutos antes de la hora (un hecho extraordinario) y eso que en casa me maquillé y me peiné como una persona decente. Pues llegué a trabajar y el día se desarrolló normal, lamentablemente sin propinas, pero normal, tranquilito. Tan tranquilo que cuando me tenía que ir, no quería...

Luego vine a casa y decidí que el eBook Reader que compré el martes pasado es un truño, que no sirve para leer en el exterior, por ejemplo... Pero entonces llegué a la conclusión: acaso leo yo en el exterior?? La verdad es que MUY de vez en cuando... y ahora con tres grados en la calle, desde luego no voy a empezar a ir más a menudo. Pero si en invierno no voy a leer nunca en el exterior para que quiero un aparato de ésos?? Nada, lo compré por un arrebato y porque mi madre se compró uno y claro... culo veo, culo quiero.

Fui a devolverlo y ... ya que estaba allí... pues me hice el típico tour de siempre. Fui a las tiendas de decoración a ver qué hay... Puedo afirmar que desde que vivo sola mi pasión no es comprarme ropitas y tal, sino más bien tonterías para la casa, corazoncitos, lucecitas, etc.

Cuál fue mi sorpresa al ver ADORNOS DE NAVIDAD!!!! Qué emoción más grande me dio, lo toqué todo, lo miré millones de veces, me toqué los bolsillos en busca de alguna monedilla pero nada. Estoy más seca que un desierto. Me contento con ver todas las cosas que deseo tener e ir de tienda en tienda con una sonrisa en la boca. Soy como super patética... Si me pongo a pensar que estoy en una tienda y veo a una persona adulta tocando bolitas brillantes y sonriendo para sí, pensaría que está loca. Y un poco loca sí que estoy. Pero es que me encanta la Navidad. Me encanta, me encanta, me encanta. El año pasado no celebré la Navidad ni puse ningún adorno en mi casa ni nada. Como tuve siempre que trabajar pues me dio lo mismo. Pero este año es diferente. Me hace mucha ilusión tener adornos, un árbol, algo que me haga  sentir que en mi casa también pasan las estaciones. Aunque esté sola, no me importa, tener la casa adornada en Navidad te da una sensación de placentera armonía, por lo menos a mí. Lo típico de Navidad de mantitas y lucecitas y frío y... no sé. Todo. Me encanta simplemente y no es porque en mi casa se haga algo super especial o algo. Porque nosotros vivimos la Navidad de lo más normalito... que si no la viviéramos tampoco pasa nada. El caso es que el ambiente de la calle, de las casas, me encanta.

Y qué suerte la mía al estar en este país! Aquí se celebran unos mercadillos de Adviento y hay Navidad pura y dura en todas las calles, por todos lados, vino caliente y dulces y olor a canela en la ciudad. Simplemente perfecto. Si me preguntan a qué huele la Navidad: a canela.

Por eso es que ahora soy feliz. Me siento inmensamente feliz porque ya puedo adornar de Navidad mi casa. Me dan ganas de hacer cosas, de pasear con la nariz congelada, de ver la tele calentita en el sillón, de cocinar cosas ricas, de todo.

                                                          Yo amo la Navidad.

domingo, 29 de julio de 2012

Agosto de entrenamiento

La razón por la que hace un par de meses que no escribo nada es... que no tenía nada interesante que contar xD
Llevo todo este tiempo disfrutando de mi casa nueva y paseando por el río y... no haciendo nada en absoluto aparte de descansar y dormir y trabajar.
No es que me aburra (Noooooo... paaaraaa naaaadaaaa), pero me alegro muchísimo de que en dos días venga mi hermana Alicia a visitarme. Estoy tan contenta que tengo ganas hasta de limpiar (qué locura!). Aunque no lo voy a hacer... porque así tengo algo bonito que hacer ''entre hermanas'' jajaja

Aunque más que una visita típica, lo que aquí va a tener lugar será un tipo de castigo o penitencia. No sólo yo no tengo vacaciones en el mes en el que ella estará aquí, sino que ella va a tener que trabajar conmigo! No sé qué va a pasar, cómo lo aguantará... aunque me alegro mucho también. Así todas las horas interminables de trabajo se harán mucho más llevaderas.

Pero ESTO no es el tema de esta entrada... Alicia me dijo que había encontrado un programa de entrenamientos genial, que en apenas dos meses te hace parecer un culturista cualquiera.
Como no es mi deseo convertirme en culturista pues me dispuse a mirar por internet a la gente que lo hacía y tal y cual.
He visto en Youtube algunos vídeos y.. bueno, si YA estás medio bueno cuando empiezas a hacerlo, entonces pareces un culturista al terminar; aunque si eres medio gordito pues te pones todo bueno.

El vídeo de entrenamientos se llama INSANITY y está caracterizado por ser un programa brutal! Te pasas todo el rato saltando y haciendo ejercicios extenuantes con la misión de formar un charco de sudor bajo tu cuerpo (eso no lo dice el entrenador... pero yo me he dado cuenta de que en efecto es así).

El caso es que Alicia me ha prometido (insistido, obligado a) que lo hagamos durante todo el mes que ella esté aquí. Y bueno... yo soy un poco vaga... me pregunto cómo será el intento de hacer ''algo''.
  Alicia: Hacemos los ejercicios...
  Yo: ehmmmm... bueeeeno... pero primero vamos a ... hacer cualquier otra cosa xD
O quizás todo se desarrolla de otra forma:
  Yo: y bien? hacemos los ejercicios?
  Alicia: estás loca! me duele todo de trabajar... cuando tengamos libre lo hacemos...
[en el día libre...]
  Yo: lo hacemos ahora?
  Alicia: cómo vamos a desperdiciar todo el día libre en hacer eso? Mejor otro día..

Y así hasta que se termine el mes... eso es lo que yo creo que va a pasar... ya veremos! Espero estar equivocada.

Cuando llegue Ali, nos sacaremos fotos del ''Antes'' y cuando termine el mes la correspondiente al ''Después''. Y ya veremos lo que ha pasado.

Hoy he estado saltando por toda la casa pensando en qué parcela de mi vivienda no corremos peligro de acabar en la casa de abajo si nos ponemos a saltar noventa veces por minuto. Me parece que el lugar adecuado seria el dormitorio, al ser suelo nuevo... aunque eso limita los horarios de entrenamiento... partiendo de la base que imagino que el dormitorio de la vecina de abajo está en el mismo sitio que el mío... aunque a saber!
A lo mejor tenemos que hacer los ejercicios en la calle... en un parque, viñedo, río, o lo que sea... aunque desde luego no hasta que haciendo los ejercicios se nos vea más o menos normal (como la gente de los vídeos...)
Alguna vez alguien se ha dado cuenta que en los vídeos de entrenamientos y ejercicios en plan ''deja de ser gorda en dos semanas'' NADIE es gordo? Es un detalle importante... te hace preguntarte qué es lo que toda esa gente guapa está buscando en ese curso... están llenando las plazas de un curso y así no dejan que los gordos de verdad puedan usarlo. Además, me pregunto cómo saben los entrenadores que el programa funciona si nunca lo prueban con gordos de verdad. Que sí... que yo entiendo que ver a un gordo saltando mientras le bailan las carnes no es muy fotogénico... pero seguro que mucha más gente se atrevería a probarlos si la gente del vídeo fuera real. En fin, esto es mi reflexión al respecto.
 Hasta la próxima!



jueves, 10 de mayo de 2012

...Saltándome la dieta a conciencia...

Hoy me ha pasado una cosa que, por lo menos, encuentro interesante. No he contado aún suficiente para referirme a tiempos presentes y que se entienda de lo que hablo, pero creo que es importante que lo escriba ahora y ya quedará claro en algún momento.
Me encuentro en este mismo instante escribiendo esto mientras estoy sentada en la ventana comiendo papas fritas. Cómo va a ser eso? Papas fritas? No estabas a dieta? Pues sí... pero la situación actual me ha obligado a esto... Desde esta noche tengo como un ''nosequé'' en el estómago. No es hambre, no, no es eso lo que lo explica.
Esta noche me he acercado al bolso en una pausa del trabajo y he oído que sonaba un mensaje en el móvil. Decido que debo mirarlo si no quiero que suene el pitidito cada tres minutos el resto de la noche... Ahí está. Un mensaje de mi compañera diciéndome que la tabla de cortar de la cocina es suya y que la quiere de vuelta. Así de escueto y así de agresivo.
Resulta que esta mañana, mientras ella se fue con su amiga polaca recién llegada hoy de su país (para hacer unos días de prueba en nuestro hotel... te lo imaginas? ahora son DOS!) por ahí de paseo, yo aproveché para coger todas las cosas que no voy a necesitar en estos cuatro (interminables) días y llevármelos a mi cuarto para evitar conductas maliciosas. Que por qué digo maliciosas? Pues porque mi compañera hasta ahora ha sido agresiva medio a escondidas, pero imagino que con el apoyo de su amiga, se atreverá incluso a ser más directa y cruel, si cabe. Por todo eso, pues mejor prevenir que curar y ... lo quité todo. Aunque he de decir que una mujer del trabajo nos dio millones de cosas para la cocina, como boles, calderos, cuchillos, etc, que ella se ha atribuído, separado y escondido por su propia cuenta. Me da igual. A dónde vamos a parar si me empiezo a pelear por dos cuchillos y una sartén?
De todas formas, yo me llevé mis pocas cosas (calderos, especias, cuchillos, etc...) a mi cuarto, incluída la tabla de cortar.
De lo último no estaba segura de si llevármelo o no, porque en su defecto, imagino que cortaría las verduras sobre el poyo de la cocina y, sólo pensarlo, ya me daba mal rollo. Aún así, me la llevé.
Cuál fue mi sorpresa al recibir ese mensaje!! Estuve pensando y pensando mientras trabajaba qué le podía escribir y si le devolvía o no la tabla (aunque decir devolver es relativo teniendo en cuenta que a mí me parece que es mía).
Cuando llegué a casa, me vino la imaginación y las palabras. Le escribí en un papel ''No creo que la hayas comprado tú. Pero si estás tan segura... os la puedo prestar''
Lo que no pensé es que al oírme llegar a casa y ver las luces, ella bajase corriendo a la cocina a ver si estaba o no la tabla. Pues sí, tan pronto como cerré la puerta de mi cuarto, oí la suya abrirse. Imagino que estuvo de fiesta con su amiga hasta tarde, porque si no, no entiendo por qué tiene el sueño tan ligero a las casi cuatro de la madrugada.
Casi inmediatamente, suena mi móvil. Un mensaje: ''Me la dio Ag**a cuando fuímos a Ikea, junto con las palas de madera. PEro no discutiría por mierdas así, te la puedes quedar. Me da lo mismo''
Pensé en escribirle algo... pero en seguida me acordé que... no era ella la que no quería volver a tener jamás contacto conmigo?`Qué se supone que es un mensaje de móvil? Bueno... como hacer el vacío es la mejor arma que puedo usar en este momento, pues la utilicé. Nada, ni un ruidito debió escuchar por su ventana.
Entooooonces es cuando escuchó voces abajo, risas y más voces (recuerda que estoy sentada en la ventana y que se escucha todo perfectamente). Luego las oigo salir al balcón, mirarme, reírse, decir algo sobre mí (aunque yo no entienda polaco, puedo afirmar que debieron salir a mirar si la luz estaba encendida y al verme habrán dicho un ''Oh jo**r! pero si está ahí mismo... jijijiji'' No hace falta ser políglota para entender esas cosas). Luego se siguen moviendo y riendo y voces y voces... qué dicen? A mí sí que me da igual.. aunque el ''nosequé'' en el estómago ya no me lo quito. Estarán hurdiendo un plan para atacarme en el trabajo?`Porque esa es otra! Mañana tengo que trabajar con las dos juntas... geniaaaaaal (<-- sarcasmo).

Qué debo hacer ahora? La respuesta suena lógica: dejar que hagan lo que les dé la gana, que ya todo caerá por su propio peso y yo simplemente a esperar e ignorar. Parece sencillo aunque, por alguna razón desconocida, y quizás acentuado porque estoy en ''mis días'' y tengo las hormonas a tope, últimamente tengo muchos pensamientos vengativos. Yo, por naturaleza, suelo tener pensamientos así y suelo tender a ser un poco vengativa. Pero de ahí a hacer algo realmente... uffff es que... ni ganas! PEro con esta chica, no sé, tengo como deseos de que le pasen cosas malas y, lo fatal de todo esto es, que me hace hasta gracia! jajajajaj

Hasta la próxima entrada! Voy a relajarme y pensar en un lugar lejano donde la gente sea inteligente y civilizada y no haya barriobajeras de cualquier país...

miércoles, 9 de mayo de 2012

Aún compartiendo piso...

Porque lo prometido es deuda y porque mi madre me lo ha recordado, aquí está la ansiada segunda parte de mis anécdotas con la casa.

Aunque aún sigo estudiando, a pesar de que sea a distancia (amo mi país y sus facilidades para estudiar en la universidad), no me considero una ''estudiante''. Yo trabajo y vivo de mi propio dinero, lo cual hace que empieces a preocuparte por otras cosas aparte de dónde hay una discoteca, cuánta gente joven hay en la zona donde vives, hasta que hora están abiertos los bares, etc. Empiezas poco a poco a tener preocupaciones del tipo: cuánto cuesta la entrada de la discoteca, cuánto cuesta cada bebida y si no me sale más barato comprarme una botella en el super y cogerme la cogorza del siglo por un precio menor, cuánta gasolina necesito, si choco en el camino, a cuánto ascenderá la reparación (si te chocas contra la flora, no te lo cubre el seguro...), hasta qué hora puedes quedarte para poderte recuperar antes de volver a trabajar. Todas esas cosas que hacen de ti, tristemente, una persona ''mayor''. Y con mayor me refiero a la edad en que se supone que deberías ser piloto de avión, bailarina, cantante o actriz. A ese tiempo que cuando eres un niño imaginas con tanta ilusión y en el que, en realidad y cuando ha llegado, sueñas con cosas como que el mes que viene voy a cobrar 50€ y no voy a poder pagar mis facturas.

Lo último es verdad. No sé si se debe a que yo estaba muy nerviosa o excitada cuando hablé con mi jefe sobre el contrato y todo lo que debía saber, pero de alguna manera, a mí me parecía subrrealista que trabaje o no trabaje, siempre cobro lo mismo. La cosa es tal que si no hay clientes y el hotel cierra un mes, a mí me pagan igualmente las horas que tengo en el contrato. Claro que el hotel está de media en invierno, de forma no consecutiva, cerrado unos dos meses más o menos. En esos momentos piensas: Le habré entendido correctamente? El mes que viene me ingresan todo ese dinero, aunque sólo he trabajado tantos días? Entonces te alquilas la casa, te vas a ikea, te vuelves LOCA! Lo compras todo, lo montas en tu cuarto, intentas transportar un colchón gigantesco en un coche ridículo... y lo consigues, subes el colchón por las escaleras (Tienes unas contracturas por haber hecho boxeo con el colchón que te duele la brisa en el cuello), te acuestas a dormir y luego piensas: y si no me pagan? qué hago? lo devuelvo todo???? cómo voy a vivir!!!???

Después de sobrevivir a la diarrea nerviosa que te ha entrado (a mí me da por eso, a otros por comer o llorar, cada cual es un mundo...), te tranquilizas porque SÍ que has cobrado lo que tú creías haber entendido. Te permites el lujo de pagar toda la fianza del piso sola porque la que va a ser tu compañera te ha dicho que no tiene mucho dinero pero que en breve te pagará. Te lo crees.

Fallo número 1: Si era bastante sencillo decir ''hasta que no pagues, no puedes vivir aquí'' por qué dije ''no paaaaaasa naaaaada, si tienes alguna dificultad económica, dímelo y lo solucionamos juntas''?

Sin darme cuenta, me metí a vivir con una chica que, en palabras de mi hermana Alicia, quería vivir la ''experiencia universitaria''. Lo cual no tiene sentido porque ella si que no estudia absolutamente nada, ni quiere. Ella dice que sí... pero creo que con 24 años que tiene no sabe aún que es un poco tarde para decir ''yo de mayor...''.

Lo de la experiencia universitaria me lo explicó mi hermana y a mí me pareció exactamente lo mismo que lo que esta chica quería hacer, e hizo. Consiste en lo siguiente:

- Vives del cuento y del dinero de otro. En este caso, el dinero es propio, pero a la velocidad que se lo gasta cuando le llega a la cuenta, cualquiera diría que no le ha costado nada conseguirlo.
- Pernoctas en un piso pequeño con poquísimas cosas importantes y millones de tonterías. Nuestra casa es normalita, tirando a pequeña. Ella consideró más importante comprarse una mantequillera (dísese del recipiente en el que guardas la mantequilla pero, acaso la mantequilla no viene ya a veces en un recipiente? Artilugio inútil número 1), una botella para el aceite (aunque el aceite lo compras de hecho ya en una botella. Artilugio inútil número 2), un azucarero (aunque ya teníamos uno que yo había comprado por un euro, que es la máxima suma que doy por tonterías de ese tipo. Artilugio inútil número 3), a comprarse una cama.
El asunto es que le tuvo que pedir dinero a una conocida suya para poder comprarse la cama, la cual pagó por una burrada de dinero que da miedo... Te digo una cosa, la que uso ahora es mi primera cama comprada de mí para mí y la pagué en ikea menos de 20€. Es perfecta y maravillosa y no se le caen los tornillos ni le pasan cosas raras, como a la de ella. Moraleja del día: barato no significa siempre malo. La cuestión es que por 20€, si de aquí a cinco meses, la cama se estropea, me compro otra xD
Con el dinero que ella pagó, puede comprarse MUUUCHAS camas como la mía. Pero no le pide el dinero a la señora esa para pagarme la fianza, nooooo. Para una cama, y nótese que hablo de CAMA, no de colchón. Y con esto vamos al siguiente punto...
- Tu nevera parece la de una familia numerosa a final de mes. Eso es típico universitario. No tienes nada de comer, pues pizza! kebab! McDonald's!... lo que sea. Pero en tu nevera sólo hay un queso mohoso, jamón cocido que va a salir corriendo por sí mismo en cualquier momento y un tomate viejo como una pasa que te obligaste a comprar para ''comer sano''. Y así sería su nevera si no la compartiéramos.
Ella no tenía coche y el super del pueblo no le parecía lo suficientemente bueno, así que en principio compartíamos la comida, aún y cuando todo lo había comprado yo. Luego íbamos a hacer la compra juntas y a medias, lo cual fue un error garrafal, es más...

Fallo número 2: Dejarse engatusar para comprar a medias cosas que tú, ni comes ahora, ni has comido en tu vida.

Continúo. Lo bonito es haber comprado un lunes 10 tomates y decir el jueves: voy a comer ensalada! Sabes qué no hay?? Tomate. Cómo puede ser? Había diez! Significa que se ha comido entre tres y cuatro tomates al día... no se percató de que a lo mejor yo también quería comerme lo que había comprado? Pues no... y como yo no quería ser pesada y no sé... a lo mejor no compramos tantos tomates como yo creía, lo habrá hecho sin darse cuenta (<-- Éste será mi pensamiento favorito durante los próximos meses de convivencia. Lo diré TODO EL TIEMPO)
- En tu super mini piso tiene que haber siempre fiesta constante. Es una cosa de la ''experiencia'', que si duermes o estudias, te pierdes lo bueno de los mejores años de tu vida, Mónica vamos allá, o allí, o a otro tanto más lejos... eso es lo único que salía de su boca todo el tiempo. Ahora tiene coche y lo más lejos que va es al super. Interesante.
Lo gracioso es que me dejaba convencer e íbamos. Lo que pasaba allí a donde fuéramos era interesante. Ella no dejaba de insistir en que me iba a buscar un chico genial. A ver, yo tengo novio y ella no... es algún tipo de broma barata? Ella no puede encontrarse uno para sí misma pero a mí sí que me lo va a encontrar. Aún y cuando yo no lo necesito ni lo quiero. Mis palabras se pronuncian en vano porque ella está en busca y captura del tio más ''fos'' de todo el local. Me lo encasqueta de mala manera y yo consigo quitármelo de encima con paciencia y de buen modo, no sin anter dejar que me pague una bebida (fascinante la de copas que te pagan los demás aquí... en España no me había pasado nunca. Somos un país de rácanos!) Entonces ella lo sigue intentando e intentando e intentando. Ella insiste en que todos los hombres que me miran es porque están enamorados de mí... ejem. No será que llevo tacones (no es usual por la zona, al parecer), vestidos bastante cortos (en este país la gente es muy estrecha y si se te ve la pantorrilla, ya es corto) y sonrío todo el rato (lo cual deben entender como que estoy de psiquiátrico porque aquí la gente NO es feliz y si tú eres feliz es raro... no tiene sentido jajajjaa). Yo considero que es normal que me miren. Se verá aún más claro con el siguiente símil: Están un grupo de ''amo a Laura'' reunidos en un local y de repente entra una stripper. Sea guapa, fea, gorda, bajita, da igual. Todos la van a mirar con descaro. Pues esto, lo mismo.
Pero para todo hay un límite. Y ella llegó a él, se miraron a la cara y ella pasó la raya descaradamente.
La última vez que fui con ella a una discoteca, el segurita de la puerta se puso a hablar con nosotras. No voy a decir que no. Parecía que yo le gustaba. Pero... y? Era un tipo soso y simpático a ratos. Nada espectacular ni digno de recordar. Si no fuera por la experiencia horrible de la que fue protagonista.
Yo escuché a mi compañera decir algo de un desayuno, nada, ni le presté atención. Y tooooodo el camino a casa diciendo: qué guapo, eh? qué buen tipo, eh? y es ruso... los rusos tienen mucho dinero y compran muchos regalos... Lo que ella no pilló fue mi silencio en plan: pero de que coj**es estás hablando, colega?? Del rubio desgarbado y feo, con pelos en la nariz, sentido del humor cero y una risa bobalicona? No debemos estar hablando de la misma persona,.. Le dije: te gusta? parece que te gusta... te pega mucho.
Noooooo... para ella no, para mí. Para mí que ya tengo un novio divino y maravilloso (imagino que él leerá esto algún día y así con palabras lindas se le olvida que hablo de cómo salíamos con chicos... xD), con sangre en las venas, como buen latino. Ella quería que yo cambiase a mi novio por un nórdico bobalicón y blandito... ya... algunos tienen tanta imaginación que me extraña que no los hayan fichado para Walt Disney.
 El caso es que llegamos a casa y nos acostamos a dormir. En menos de una hora, suena el timbre. No parece haber movimiento así que deduzco que la encargada de abrir la puerta soy yo (nótese que debían ser las cinco de la mañana y yo trabajaba a las doce). Quién está ahí? El nórdico desgarbado y bobalicón, es decir, el segurita ruso. Oh!? Mi sorpresa era tal que no atiné a decir absolutamente nada. Entonces él dice que ELLA le había invitado a desayunar (de ahí lo que yo había oído lejanamente...) pero... CONMIGO! Que YO quería conocerle y le dio nuestra dirección para que viniera después de trabajar. Le dije que se habría confundido. Que no podía entrar y que era increíble que ella hubiera hecho algo así. El chico se fue contrariado aunque rojísimo de la vergüenza. Algo de lo que dije debió ser un poco brusco, seguramente pero... es una situación que no hubiera esperado jamás!!! y yo a menos de seis horas de empezar a trabajar y medio borracha. Intolerable de cualquier modo! Aún así, no le dije sino que era demasiado estúpida. Ella se lo tomó a broma. Vaya por Dios. (Lo habrá hecho sin querer... xD)

En general, debo decir que ella siempre me deja en ridículo delante de la gente. Cada vez que ve a un chico parece una gata en celo, así de fuerte lo digo, porque así de fuerte es. Vamos a un bar y liga tan agresivamente con el camarero (con agresivamente me refiero a que es muy exagerado y además muy poco deseado por el pobre camarero. Sin contar que sus artes para ligar son como en la prehistoria... sólo le falta una porra y arrastrar al pobre chico por el pene hasta su cueva) que me veo obligada a darle mogollón de propina y disculparme con la mirada por tener una compañía tan maleducada.
También fuímos a una heladería donde fue tan horrible que le prometí que conmigo no iba a volver a ir a comer helado nunca jamás a ese sitio.
Eso sin contar que hace unas semanas se mudaron una pareja a la casa de enfrente y según nuestro vecino, el chico es soldado. Ella se pusó de buscona en la ventana mientras decía cosas como que la novia era muy fea y que ella era mejor. Aparte de lo obvio, que es que ella parece un ''cochino en día de fiesta'', según mi novio, a qué viene esa manía suya de intentar tener todo lo que no puede tener?

Desde que trabaja en el hotel en el que yo también trabajo, ha ido saltando de cama en cama, cual juego de la oca (y me lo tiro, porque me toca jajaja). Ahora está medio atontada por un compañero nuestro con el que se ha acostado varias veces, a pesar de que éste está casado desde hace poco y que desde hace un par de días se ha convertido, además, en papá (qué monada!). La cosa es que ella había salido con él antes de él casarse y ella lo había rechazado porque... fos! ése no le gustaba... Ya... pues ahora sí que le gusta. No hace más que decir que la mujer es una interesada, que sólo le quiere por los papeles, blablablá. Quizás sí, quizás no. Desde luego, lo que no va a hacer el chico es dejar a la monada de chica que tiene para estar con una tía de metro y medio con cara de cerdo (y... cuerpo también), maleducada, respondona, pedante y mala tipa en general. Que, por si no fuera suficiente, ni siquiera sabe lo que quiere. Ahora le quiere a él, pero cuando le tenga, qué? le seguirá deseando? Lo dudo... es una ''culo veo, culo quiero'' me parece a mí.

Qué horror! Me desvío mogollón de lo que quiero contar! Me voy por las ramas y no acabo de contar nada.

Como mi madre bien dice: Si no tienes dinero (o lo tienes pero no lo quieres dar), no puedes independizarte.

Sabias palabras. Son ciertas al cien por cien. Vivir solo requiere tener un poco de dinero. No hace falta ser rico, pero para cosas básicas siempre tienes que tener!

La historia de cómo llegué a sacar de quicio a mi compañera es la siguiente:

Ya conté cómo se le quedó la cara cuando le pedí el dinero de la fianza, y la cara de ano que puso cuando le dije lo de las facturas. Pues además de que ya no compramos a medias y que yo estaba empezando a no tener ni un pelo de tonta, pues ella se iba enfadando. Anque si lo piensas bien, ella se enfadó porque yo ya no me dejaba utilizar!
La siguiente cosa que le molestó muchísimo y que se negaba a creer es la historia con la aspiradora.

Yo compré una aspiradora y una escoba y una pala y una escobilla y un cubo de fregar y una fregona y los productos de limpieza y el microondas y la lavadora y la barra americana de la cocina con los taburetes y la alfombra de la cocina y el jabón del lavaplatos y la lavadora y el mueble del cuarto de baño y la papelera y, y, y, y... Es decir, yo compré todo lo comprable que no venía con la casa y que uno necesita para vivir solo.
Pero todo era mío. Lo pagué yo y era mío. Yo LE DEJABA usarlo todo. Pero era mío. Y ella insistió en que podría pagarme la mitad... pero claro que no! si no me había pagado la fianza, si no se había comprado su propia cama, cómo iba a pagar tanta cosa?
Cuando me dejó de hablar porque... cuál era la razón por la que ella estaba tan enfadada?? AH! sí... porque había tenido que pagarme su mitad correspondiente de las facturas en el momento apropiado para ello y no cuando a ella le daba la gana. Entonces me dejó de hablar en casa y en el trabajo. E hizo que sus compañeros mas cercanos a ella no me hablasen tampoco. No sé qué les habrá contado a ellos en ese momento pero... no creo que fuera la verdad... si no, como mínimo, se hubieran burlado todos de ella por tonta.
La cosa es que yo quité la aspiradora de la cocina y la puse en mi cuarto, porque no me apetecía casi nunca subirla hasta mi cuarto para volverla a bajar y porque en realidad la finalidad de la aspiradora era limpiar la moqueta de mi cuarto. Si no tuviera moqueta en el dormitorio, no tendría siquiera aspiradora. Entonces está claro, no? Yo cogí MI aspiradora que yo había puesto en un lugar, digamos, de uso común para que me quedase más cómoda para limpiar mi cuarto, que es el fin por el cual había sido adquirida. Pues bien, un día cualquiera de odio polaco hacía mí, ella sube las escaleras decidida y de mala hostia, aunque con un tono suave, como siempre que me quiere pedir algo, y me dice que le dé la aspiradora. Mi respuesta fue un simple pero seguro ''no''. Ella no lo pilló y me dijo que le diese la aspiradora que era para limpiar el baño, o el salón, ni idea... ya ni me acuerdo... pero vamos, que no era para su cuarto, era para una zona común.
Yo no me bajé del burro y le dije: por qué? no se puede barrer ahí?
La cara es tan indescriptible... en serio. No había sido capaz en todo ese tiempo de cantarle las cuarenta y, de repente, saco fuerzas de donde no hay y le niego algo tan básico para ella. Aunque viendo cómo la pasa, se podría decir que no ha tenido una en su vida.
Bajó horrorizada por mi respuesta y no me volvió a pedir la aspiradora nunca más... buena chica!

Pero a lo que íbamos... Me pregunta que si se tiene que buscar otra casa y yo le digo que sí, que será lo mejor para todos. No cabe en sí del asombro. No se lo esperaba. Imagino que había venido a soltar esa bomba pensando que la antigua Mónica le iba a decir: noooo, cómo dices eso? claro qu eno... no seas boba....
Pero la nueva Mónica es más segura, menos mangoneable y tiene muy mala hostia si se juega con su dinero. La nueva yo le dijo que sí, que se lo buscara.
Ella incluso, minutos antes había subido a preguntarme si ese sábado podía llevarla a la ciudad a buscar un paquete de su madre a las siete de la mañana. Le dije que creía que no... que el viernes trabajaría como mínimo hasta las tres o cuatro de la madrugada. Era imposible, yo tenía que dormir. Aunque todo esto yo no lo dije muy segura de mí misma y ella lo notó. Así que lo volvió a intentar (lo que ella no sabía es que cuanto más intentara convencerme, más me cabrearía yo) y me dijo que íbamos a Trier y ya luego yo venía y me acostaba de nuevo a dormir. Le dije que no, que era una paliza muy grande eso y que no se lo iba a prometer, porque no iba a ser capaz de hacerlo. Me lloriqueó que si no, tendría que esperar otra semana más. Y le dije que cogiera la guagua. Se fue y lueeeeeego es que vino la frase esa de buscarse algo nuevo para vivir.
Luego se puso a llorar. Me dijo que era increíble que yo me negase a llevarla, que ella lo haría por mí. Que es un favor y que si no se lo hago, pues que no le pida jamás ningún favor a ella.
Ahí me puse un poco altiva y le dije que yo no necesitaba favores de nadie y menos de ella. Que no había NADA absolutamente que ella pudiera hacer por mí que no pueda hacer yo sola. Que no la necesito y que no la había necesitado en todo este tiempo de convivencia.
Se enfadó muchísimo. Pero mucho, mucho.

Mi problema es que luego, tiempo después me dice cosas y a mí me da lástima ser tan dura y le digo cosas como: busca algo, pero con caaaaalma, si dura todo el verano la búsqueda de piso nuevo, pues que dure, que no importa. Cuando en realidad lo que yo quería decirle es que se busque una mierdecilla que pueda pagar en el espacio de tiempo más breve posible. Pero yo no suelo decir lo que pienso casi nunca, me equivoco y luego no puedo rectificar tanto... si no va a parecer que soy bipolar xD

Se supone que ella desde febrero busca casa. Yo veo millones de casas en el periódico todos los días y ella parece no encontrar ninguna... estaría alargando el tiempo a ver si a mí se me pasa.

...aunque eso no ha pasado, ni va a pasar...

domingo, 6 de mayo de 2012

Compartir piso... (Parte I)

Estoy dispuesta ahora mismo a redactar lo que será mi PRIMERA entrada del blog. De éste y de cualquier otro (que no tengo ni he tenido).
Si estás aquí pensando que esto va de dietas... pues no exactamente. Aunque yo sí que hago una dieta. Una dieta que me lleva por el camino de la amargura a veces, aunque da gusto verse al espejo y decir: he sido capaz. Y si YO he sido capaz, entonces todo el mundo puede. Es un hecho.

Pero hoy no voy a hablar de mi maravillosa dieta. Hoy voy a hablar del sacrificio, o sufrimiento diría mejor, de compartir piso.

Yo llegué a un país nuevo, con gente nueva, un trabajo y ni idea de por dónde empezar a moverme. Es entonces cuando encuentro una casa preciosa, perfecta y maravillosa a mis ojos. Lástima que la racanidad por la que se me conoce me hizo no detenerme un segundo a pensar antes de decidir que lo que iba a hacer para ahorrarme medio alquiler era compartir ese paraíso terrenal.

Ahora bien, qué pasa cuando tu compañera de piso no se conforma con ser sólo eso? Y no digo que es que se haya enamorado de mí y me haya propuesto matrimonio, no. Me refiero a que la expresión ''la tranquilidad del hogar'' deja de tener significado en este caso.

A esta chica le advertí que yo necesito mis momentos de tranquilidad, es decir, que me deje en paz si estoy en mi cuarto. Aunque no sé si es que no me expliqué bien, si ella no lo pilló o si, simplemente, pasó de hacerme caso. El caso es que se pasaba todo el día tocando a la puerta: puedo pasar? Qué iba yo a decir??? En aquel momento aún me esforzaba un poco por parecer una persona normal y sociable. Pues sí, que pase. Y pasaba... pero horas y horas y horas... Es como una visita a la que no puedes echar. Una sensación indescriptible aquella de querer dormir y ella decirte: no importa, duérmete, ya si eso yo apago la luz al irme... EING!?

Entonces llegó el momento en el que me sorprende de esta manera: cuándo vamos a hacer la fiesta de bienvenida?     ...    (ruido de grillos)    ...  Qué fiesta de bienvenida? A quién le vamos a dar la bienvenida?  Su respuesta fue aún más desconcertante: Pues a la casa! Es una tradición en Alemania, que se haga una fiesta como de inauguración con tus amigos!  Y digo desconcertante porque nunca pensé que una tradición alemana tuviera ningún futuro en una casa donde conviven una española y una polaca.

Mi respuesta fue la siguiente: pero si no tenemos amigos, a quién vas a invitar? Ya encontraremos a alguien, fue su respuesta. En fin, que quede claro que yo le insistí en que en nuestro mini salón-comedor-cocina no caben muchas personas. De todas formas, hubo una fiesta. Una fiesta incalculablemente cutre. Los invitados fueron los que trajeron bebidas y había más personas que sillas (y aún no teníamos sofá). Para colmo, en la casa está prohibido fumar y como es un pueblo pequeño y creo que debía ser un martes por la noche, encima no podíamos poner música a nivel audible. Si tienes un poco de imaginación, seguro que ya te lo estás imaginando. Permíteme decirte que lo que imaginas no es tan cutre como la realidad.

Pero lo que he contado hasta ahora son pequeñas anécdotas sin importancia cuando las comparas con lo que empezó a suceder cuando ya llevábamos un mes y medio viviendo juntas.

Para que te hagas una idea de mí, te diré que desde que me salieron los dientes, aprendí a sonreír a todo y a ser la persona más dulce y amable del mundo con todos, con TO-DOS. Da igual si te odio, si te quiero, si me gustaría que te murieses... yo soy amable y bondadosa con todos. Es decir, tengo un don innato para la interpretación y, por ende, para el servicio al cliente. De ahí que soy tan querida y adorada por mis clientes en mi trabajo. Y yo soy camarera y no todo el mundo es amable conmigo. Igualmente, yo sí lo soy. No sé si a eso se le llama profesionalidad, madurez o decir que te dedicas al mundo del espectáculo. A lo que iba, yo sufro mucho de calambres faciales debido a esa necesidad constante de sonreír sin límites durante diez horas seguidas al día, por lo que al llegar a casa, si no sonrío, pues Señor, perdóname!!! Pero como dice aquel dicho: ''En casa del herrero, cuchara de palo''. Pues en casa de Mónica, hay mala hostia. Pero yo no soy gratuitamente violenta con mi mirada con nadie. Si te he mirado mal, será que te lo mereces. El problema es cuando tu compañera trabaja contigo y luego te ve llegar a casa y comportarte como una persona normal. La sorpresa debe ser equivalente a ver lo que pasa cuando le das de comer al Gizmo después de medianoche y se convierte en Gremlin.

En mi defensa diré que mi comportamiento es el siguiente: abro la puerta de casa, voy al baño y me encierro en mi cuarto a dormir, o a ver la tele o lo que me dé la realísima gana hasta que me entra hambre o alguna necesidad fisiológica que me obliga a salir de mi cuarto. Y si no salgo, es que ya me dormí.

He de decir que yo duermo mucho, pero mucho, muchísimo. Y si es invierno más aún. La razón para levantarme puede ser hambre (aunque si me doy la vuelta y me duermo de nuevo, ahorro comida y todo), tener que trabajar (ineludible) o que el dolor de espalda me mate. Pues bien, conoces esa sensación cuando alguien te observa? Tú sabes que alguien te está observando porque las personas tenemos como un sexto sentido o sentimos que el aire a nuestro alrededor se mueve o como sea. Pero yo sí siento cuando alguien me observa, es una sensación horrible. Peor aún es ver que tenías razón y hay alguien contigo! El caso es que también suelo tener esa sensación cuando duermo. En serio... no me cachondeo... no sé cómo lo hago, pero incluso llego a despertarme a causa de ello.

La historia es que tras ese mes y medio de convivencia, ella empieza a entrar a mi cuarto cuando yo duermo. Según ella, para despertarme porque necesita decirme algo. Aunque en realidad, si entras en el cuarto de alguien y te quedas quieto observándole en silencio, tienes muy pocas posibilidades de que se despierte. Y eso es lo que ella hacía. Te podrás imaginar el susto que te llevas cuando abres los ojos! Y yo que soy especialmente asustadiza... Imagínate!

Le dije que no hiciera eso. Que si me quería decir algo y yo estaba durmiendo, pues tendría que esperar. Si no había fuego en la casa, que no me despierte. Y muchísimo menos que me observe como una psicópata a los pies de mi cama!

Lo hizo muchas veces e incluso una vez me hizo una foto durmiendo que le enseñó muy contenta a los compañeros de trabajo. Lo que me sorprendió no fue la foto, ni que yo no me hubiera dado cuenta jamás de cuándo la hizo. La sorpresa mía, y que seguramente reflejaba mi cara, fue la de imaginarla a ella durante un rato observándome y decidir que iba a hacerme una foto. Ir a buscar su cámara, hacer la foto y luego irse. En fin... A mí esas conductas sociopáticas me dan como repelús. Así que lo siguiente que hice fue empezar a cerrar la puerta con llave cuando me iba a dormir.

Y ella no lo pillaba. Gracias a Dios, a partir de entonces ya no podía entrar como Pedro por su casa en mi cuarto. Tenía que tocar y, con ello, despertarme para que yo le abriera. Dos de cada tres veces ignoré los golpes a mi puerta. Qué pesada! Y digo pesada porque es que esa cosa super importante que tenía que decirme era cualquier estupidez relacionada con una estupidez mucho más grande. A mí que coj**es me importa que el vecino haya hablado con ella, o que el cubo de la basura huela raro, o que tenga ganas de ir a la ciudad esa tarde, o que nosequién le haya dicho nosequecosa el día anterior en el trabajo. Para todas esas tontadas hay un momento y ese momento no es nunca antes de las diez de la mañana. A esa hora ni siquiera es de buena educación llamar a nadie a casa por telefóno. Punto.

Es, por lo tanto, normal que yo haya ido mutando mis sonrisas y palabras amables a un sencillo y despreocupado ''como quieras/lo que quieras''. Pero ahí no acaba la cosa. Yo volví a Tenerife a hacer un examen y de paso ver a mi familia (sin contar que además era Carnaval, es decir, matar tres pájaros de un tiro) y cuando volví lo que más me apetecía del mundo era estar sola, absolutamente sola. Aunque sí que le saludé, le conté lo que había hecho y nos hablábamos cuando nos veíamos en la cocina y tal. El problema es que este síntoma lo tuve toda una semana. Para evitar cualquier tipo de conversación, llegué incluso a esperar a oír la puerta de su cuarto para salir a hurtadillas a comer o al baño. Cosas normales cuando compartes casa, según mi critero. Cada cual come lo quiere, como y cuando quiere, sin preocuparse de nadie más que de uno mismo.

Tras una semana, vino a mi cuarto enfadadísima para preguntarme que qué es lo que había hecho mal. Yo: (Pocker-Face) Cómo dices? ''Que qué he hecho mal para que me trates así'', dice ella. ''No lo sé, has hecho algo malo o sientes que has hecho algo malo?'', respondí. A continuación, se fue dando portazos por doquier. Casi se me escapa un ''no des portazos que la casa es de alquiler!!'' pero me mordí la lengua... porque ella, por alguna razón, estaba muy enfadada.

No tardó sino dos días en volver a molestarme con la misma cantinela. Que qué había hecho mal, que desde que volví de viaje no era la misma, que por qué la trataba mal, que por qué y por qué y por qué... Bah... Tonterías. Le dije que yo no estaba enfadada, que no fuera tonta, que quiero estar sola y ya está. Y que no la trato mal porque no la he tratado, simplemente. Entonces ella me cuenta que el otro día después del portazo estuvo toda la noche llorando. Te podrás imaginar mi cara de ''ajá... muy interesante''.

El caso es que en realidad yo sí que estaba enfadada. Ella me debía pagar la mitad de la fianza desde hacía dos meses ya y a mí me daba medio vergüenza decirle que lo necesitaba ya. Aparte que a mí me llegan las facturas de  luz y teléfono a la cuenta (sin importar si hay dinero o no) a primero de mes y solemos cobrar sobre el día 7. Y ella me paga su mitad cuando cobra o cuando le daba la gana.

Pero tanto rollo y cosas sólo porque yo evitaba hablar con ella para no tener que decirle: ''puedes hacer el favor de dejar de comprar gilipolleces y pagarme lo que me debes?'' En vez de decirle eso, pues no le decía nada y ya está. Hasta que se lo dije. Primero le dije un día que por qué no me pagaba la fianza. Era Febrero en aquella época y ella, con toda su cara, va y me dice que me pagará en Abril más o menos, cuando cobre más. JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJA Le dije que ni hablar. Que yo no me iba a quedar negativa cuando ella me debía tanto dinero que no hacía más que gastarse yendo a bares a beber. Todo el mundo sabe que cuando eres pobre no sales y punto. O sea, yo no salgo nunca! Y ella tiene menos dinero que yo!!! Increíble. De mala hostia me dice que vale, que la lleve al cajero que me pagaría. Pero mi don de la oportunidad quiso que fuera casi fin de mes y que ella no tuviese dinero para pagarme toda la deuda. Pues ahí estuvimos de malas porque ella no me quería pagar ya y yo no quería esperar más. Cuando por fin me pagó, todo se relajó un poco. Aunque yo ya estaba irritada por tener que habérselo pedido y todo lo que hacía o decía me parecía fatal.

El segundo acto de este drama tuvo lugar un par de días después, cuando le dije que tenía que pagarme las facturas antes de que me las cobraran. Se indignó muchísimo y me dijo que ella no PODÍA pagarme antes del 7 y que lo sentía mucho. Te podrás imaginar la cara de culo que se me quedó. En otro momento hubiera dicho: bueeeeeeno... Pero como ya estaba medio tocada con lo de la fianza, me tiré a la piscina de cabeza y le dije que o me pagaba antes de final de mes o cortaba el teléfono y le quitaba las bombillas, así de fácil. Se ofendió muchísimo porque, según ella, no tiene dinero antes de cobrar. Pues claro que no! Ni yo tampoco! Mi duda es por qué ella pensó que su dinero era más importante que el mío.

De cualquier forma, al final me pagó. Pero ya nada fue igual. Cualquiera que me conozca sabe que si quieres llevarte bien conmigo no puedes bajo ningún concepto permitirte jugar con mi dinero o con mi comida. Y ella hizo ambas cosas. Empezamos a convivir y comprar las cosas a medias. Pero todo, todo. Y resulta que yo pagaba la mitad de todo y luego cuando iba a cocinar o comer algo, ella ya se lo había zampado todo! Pero qué se creía? Que vivía con su mamá, o qué? Ni hablar. Empecé a hacer dieta y le dije que compraríamos separadamente. Y no tiene morro la tía ni nada que a las semanas me dice que QUÉ RABIA QUE YA NO COMPREMOS LAS COSAS A MEDIAS... que así ahorrábamos más. Pues ahorraría ella porque a mí me salía carísimo comer, vamos.

Se enfadó tanto porque yo le había pedido el dinero que dejó de hablarme y empezó a hacerme el vacío en el trabajo y en casa y, básicamente, siempre.

El momento cúspide de esta mini-guerra fue cuando tras mucho tiempo de silencio sube a mi cuarto y muy enfadada y orgullosa me dice: ''Tengo que buscarme otra casa?''
Y nunca olvidaré el delicioso sabor de boca que se me quedó cuando vi su expresión de desconcierto y sorpresa al yo contestarle: ''Sí, será lo mejor.'' xD

...Continuará en la próxima entrada. En el próximo capítulo: cómo mi compañera reacciona a la respuesta anterior, las consecuentes peleas y putadas en la convivencia y cómo conseguí que sintiera la necesidad de buscarse en serio otra casa, es decir, un repaso a los DOS siguientes meses de convivencia.